En 2021 iniciará el primer piloto, en Norte de Santander, a cargo de Ecopetrol. De los resultados de estos proyectos dependerá la autosuficiencia energética del país.
Uno de los temas que más ha dado de qué hablar este año ha sido el fracking. El pulso entre ambientalistas, partidos políticos de oposición, el Gobierno y la industria petrolera no ha dado tregua.
Acciones legales, proyectos de ley que buscan la prohibición, conceptos de los entes de control, movilizaciones y estudios académicos han sido el común denominador en medio de la discusión.
Si bien aún está pendiente un fallo de fondo por parte del Consejo de Estado –que le cerraría o abriría la puerta al fracking– se podría decir que el round este año lo ganaron la industria y el Ejecutivo, pues el Alto Tribunal le dio aval a los pilotos y estos se llevarán a cabo en 2021.
Cabe destacar que los pilotos son una iniciativa que surgió de las recomendaciones de varios expertos y con estos se buscará determinar científicamente cuáles son los efectos que tendrá la fracturación hidráulica, antes de darle vía libre a la explotación comercial.
El proyecto de Ecopetrol, llamado ‘Kale’, fue el primero en ser adjudicado y estará ubicado en el sitio conocido como el ‘Kilómetro 8’ del municipio de Puerto Wilches, Norte Santander. Se espera que los trabajos de perforación inicien en el segundo semestre de 2021. El proyecto tendrá una inversión que superará los US$76 millones.
¿Qué potencial tiene el país?
Desde hace varios años, en Colombia no se han hecho descubrimientos importantes de hidrocarburos.
En medio de este panorama, el país viene raspando la olla por medio de técnicas de recobro mejorado en los campos maduros, los cuales tienen un promedio anual de declive del 17 % al año. Bajo este panorama, el ‘fracking’ es el as bajo la manga que podría garantizar la autosuficiencia energética por varios años más.
Un estudio publicado por Atlantic Council, explica que las reservas probadas del país en este momento son de alrededor de 2.600 millones de barriles de petróleo, lo que representan cerca de 6 años. Si los pilotos tienen buenos resultados y el país le apuesta a la explotación en yacimientos no convencionales, las nuevas reservas serían de 2,7 a 4,6 veces mayores a las actuales. Es decir, se podrían alcanzar los 25 años de autosuficiencia.
¿Qué pasa si no se hace ‘fracking’?
Si definitivamente no se implementa esta técnica y no se descubren nuevas fuentes convencionales, el país tendría que empezar a importar crudo, lo que según estimaciones de Ecopetrol tendría un costo de entre $30 y $40 billones al año.
Asimismo, no se puede dejar de lado el hecho de que una parte importante de los ingresos por exportaciones del país depende del petróleo. Lo que significa en la práctica la pérdida de unos $40 billones adicionales.
Es decir, que el país quedaría con un hueco superior a $60 billones al año, en el mejor de los casos, que no solo impactarán las finanzas públicas, sino también directamente el bolsillo de los colombianos.
En este orden de ideas, el panorama fiscal del país quedaría aún peor. Si en este momento la situación es preocupante y es claro que se necesita una reforma tributaria, si no se hace fracking estas quedarían en el peor de los mundos, pues no hay un sector que pueda reemplazar los ingresos que deja el petróleo.
Además de esto, los recursos provenientes del ‘fracking’ serán fundamentales para apalancar la transformación energética y el proceso de reactivación económica.
Es por esto que el Gobierno seguirá dando la batalla al margen de las pasiones propias del debate. El año 2021 será, sin lugar a dudas, un año fundamental que marcará el futuro de la autosuficiencia y seguridad energética del país.
Fuente: Semana.com