Por primera vez en la historia petrolera del país, un hecho que a muchos de los analistas del sector no se les habría pasado por la cabeza, ni en la más remota proyección, puede suceder: Colombia superaría en producción de crudo a Venezuela.
Este hecho insólito, que se deriva de la crisis económica que padece el país vecino a la que no ha escapado su principal generador de divisas, el petróleo, y a la disciplina fiscal financiera con la que Colombia reorganizó su operación hidrocarburífera, se podría registrar en poco más de seis meses del presente año.
Proyecciones de firmas como Ecoanalítica de Venezuela, o de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Cepal, no solo indican que en Venezuela se presentaría para el 2019 un comportamiento del PIB del -5%, una inflación del 10.000.000%, unas reservas internacionales de apenas US$2.7000 millones y una caída en las importaciones de US$7.800 millones, sino que el promedio en la producción diaria de petróleo caería a los 500.000 barriles.
Así Colombia, que mantendría su bombeo en 870.000 barriles por día de crudo, llegaría a superar a la producción del vecino país en al rededor de 370.000 barriles diarios.
“La producción de crudo de Venezuela está en ‘caída libre’ y esta pronto podría estar por debajo del millón de barriles por día”, señaló en noviembre pasado Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
En el marco de la conferencia Africa Oil Week, que se desarrolló por esos días en Ciudad del Cabo (Suráfrica), Birol dio su opinión al conocer que el descenso en la producción de crudo venezolano para el citado mes del 2018 registró un decrecimiento del 4,37% al reportar una producción en 1,13 millones de barriles diarios, cifra considerada para los asistentes a este evento como la más pronunciada.
Así mismo, un reporte de producción al mes de diciembre de 2018 de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) indica que la producción de crudo en Venezuela fue de 1,1 millones de barriles diarios, bombeo que fue superado por países como Nigeria (1,9 millones) y Angola (1,4 millones).
Ante el panorama decreciente en la producción de crudo venezolano, la firma Ecoanalítica pronostica que la contracción reportaría una disminución del 22,7% para el 2019, y una reducción en los ingresos en divisas que estaría por encima del 46%.
Esto representaría un retroceso en los ingresos por exportación de petróleo debido a una contracción en la producción que llegaría a estar en alrededor de los 500.000 barriles diarios.
Al respecto, Camilo Silva, director de la firma consultora Valora Analitik, señaló que si esta situación se presentara, no es tanto por la disciplina con la que Colombia desarrolla su política petrolera, sino que en gran medida es por la corrupción, mala administración, politización de Pdvsa, que le está pasando cuenta de cobro a una revolución bolivariana que no ha sabido sacarle mayor provecho a su bonanza petrolera.
“El mayor aportante de los países miembros de la Opep en la reducción de producción de crudo ha sido Venezuela, pero no porque lo quiera, sino porque le tocó hacerlo ya la operación en los campos se ha deteriorado considerablemente, esto también se ve reflejado en el transporte por los oleoductos y en los despacho al exterior”, explico Silva.
El analista recalcó que la operación petrolera de Venezuela registra en la actualidad un sinnúmero de inconvenientes que lleva a que sea cada vez más difícil la producción de crudo.
“A esto le podemos sumar que la disminución en las inversiones requeridas para mantener en altos niveles los volúmenes de extracción, por la misma crisis económica no ha sido posible, presentándose una contracción en la extracción”, precisó el analista.
Para los analistas, Venezuela no ha anunciado desde hace muchos años el hallazgo de nuevos yacimientos, así tenga las reservas probadas más grandes del mundo, y esto también le esta pasando factura a su producción diaria.
De igual manera, la politización de Pdvsa, que derivó en la salida de mucha de su mano de obra petrolera calificada que ha migrado a otros países, también afectó el bombeo desde sus campos.
