Los modelos matemáticos permiten proyectar el comportamiento del virus para anticipar acciones.
Esta semana el país registró una de las cifras más bajas en el reporte de casos diarios de covid-19 con 952 contagios, un escenario que muchos interpretan como el fin de la pandemia y el potencial regreso absoluto a la normalidad.
Sin embargo, de acuerdo con algunos expertos esto podría ser un espejismo similar al que ya vivieron otros países que en este momento se enfrentan o están saliendo de un cuarto pico, como ocurre en Israel o Estados Unidos.
De hecho, a pesar de la aparente calma epidémica en Colombia, el Instituto Nacional de Salud (INS), la entidad científica que más conoce sobre covid-19, ha advertido con insistencia que no es el momento de bajar la guardia en razón a que el virus, con sus nuevas variantes, sigue presente en el país, lo mismo que un buen grupo de personas susceptibles de adquirirlo, lo que hace que la probabilidad de un cuarto pico nacional sea real.
En concreto, la directora del INS, Martha Ospina, dice que esto está basado en información rigurosa obtenida de modelos matemáticos que, para definir la pandemia, se empezaron a elaborar incluso antes de que llegara el primer caso al país y se han ajustado de manera progresiva, al punto que han permitido predecir con exactitud los picos ocurridos a la par que han proporcionado elementos que soportan todas las decisiones que sobre la pandemia se han tomado en el país.
A lo anterior hay que sumar que el INS ha realizado estudios para conocer el porcentaje de las población que tiene rastros de haber estado infectada por Sars-CoV-2, es decir, ha realizado estudios de seroprevalencia además que ha identificado los linajes que circulan en cada sitio del país, que conjuntamente con el modelamiento han permitido prever el comportamiento de la pandemia con las especificidades en cada región.
Con estas herramientas, dice Ospina, las proyecciones de la pandemia hechas por el INS han tenido un altísimo grado de acierto, pero a partir de junio se cuenta con un nuevo modelo de microsimulación más robusto que, según Carlos Castañeda, director del Observatorio Nacional de Salud (ONS), permite reproducir un mayor número de estados de la infección.
Castañeda dice que si bien el modelo anterior era bueno, solo analizaba tres estados de la pandemia (susceptible, infectado o recuperado) pero el actual reproduce nueve estados que, además de los mencionados, incluye expuestos, sintomáticos, hospitalizados, UCI, secuelas y muerte, lo que sin duda multiplica el nivel de certeza de las proyecciones.
En este contexto, el nuevo modelo permite incluir variables de análisis como el efecto de las vacunas, la presencia de variantes, la gravedad de los afectados y los muertos, con lo que se puede estimar a diario cuántas personas se encontrarían en cada uno de esos estados y de esta manera proyectar escenarios específicos y consecuentemente poder tomar decisiones para evitar los efectos más graves.
De esta forma, de acuerdo con Castañeda, se han podido establecer los dos factores determinantes de los posibles desenlaces futuros de la pandemia en el país: la velocidad de propagación del contagio y la velocidad de vacunación. Y teniendo en cuenta estos dos elementos existen varios escenarios con probabilidad de que ocurran en los próximos meses.
Los escenarios
El primer escenario, que es el menos deseable, es una velocidad de propagación de los contagios elevados por la baja aplicación de medidas de bioseguridad y un bajo ritmo de vacunación, lo que desencadenaría un nuevo pico que podría ser mayor que el tercero en cuanto a número de contagios, aunque el número de muerte sea un poco más bajo como consecuencia de la vacunación.
El segundo escenario, que es el más deseable, es el que resulta de una alta adherencia de las medidas individuales de bioprotección y un aumento en la velocidad de la vacunación que permita ampliar la cobertura. Lo que tendría como desenlace un menor número de casos y muertes que podrían ser similares o quizás un poco superiores a los que registra la pandemia actualmente.
Todas las variables indican que no es el momento para bajar la guardia y se deben reforzar las medidas de bioseguridad y acelerar el ritmo de vacunación
Sin embargo, estos dos escenarios podrían ser alterados por la presencia de nuevas variantes virales, según lo afirma Marcela Mercado, directora de investigación en salud pública del INS.
Según la experta, los virus mutan naturalmente y cuando esto ocurre pueden aparecer linajes que complican la situación en razón a que los cambios que traen pueden aumentar la capacidad de contagio o incluso proporcionarle a los virus la posibilidad de evadir las defensas adquiridas por infecciones previas o a través de las vacunas. Ambas capacidades las utiliza el virus para mantenerse activo y con eso perpetuar la dinámica de contagio en la población.
En ese sentido, según Mercado, los resultados del último informe probabilístico sobre difusión de variantes en el país con corte al 15 de septiembre concluye que mu mantendrá porcentajes similares de predominancia al menos por cinco meses más, tiempo en el cual la variante delta probablemente llegue a ser dominante a nivel nacional, aunque en algunas ciudades esto podría anticiparse.
“Esta situación dependerá también de la rapidez de la vacunación y del mantenimiento de las medidas de protección individual para evitar al máximo las infecciones, que son en últimas las que promueven la aparición de linaje más agresivos”, remata Mercado.
Con todo lo anterior, es claro que el INS tiene soportes sólidos no solo para proyectar la presencia de un nuevo pico que, como ya lo anunció, podría hacer su aparición entre la primera y la segunda semana de noviembre, sino también para definir casi con exactitud la duración de la pandemia en el país.
Para Martha Ospina, directora del INS, la conclusión es que esta mezcla de probabilidades permite dislumbrar que el agotamiento de la pandemia se dará alrededor de junio del 2022, “agotamiento que estaría dado porque la mayoría de los habitantes del país se vacunó o se infectó y porque los linajes en sus sucesivas combinación alcanzarán una relativa estabilidad viral”, remata Ospina.
Fuente: El Tiempo