¿El aburrimiento puede cumplir alguna función en el crecimiento de nuestros hijos? Sí. Diana Gómez, especialista en Psicología Clínica Cognitivo-Conductual, nos explica por qué.

En ese afán por tener siempre un plan para hacer en la casa, y “siguiendo lo que ven en las redes sociales, muchos padres están promoviendo en esta cuarentena, sin saberlo, hijos hiperestimulados cuyo umbral de tolerancia al aburrimiento es cada vez más bajo”, destaca Diana y añade que “los padres desconocen las ventajas que puede traer el estar aburrido para un niño”. Estos son los puntos claves, según la misma Diana:

1. “Constantemente veo en redes, mil y una forma de ocupar el tiempo de los niños durante la cuarentena, encontramos muchísimas actividades para todas las edades y los gustos, y muchos padres se empeñan en seguirlas todas, una a una, y rellenar con múltiples actividades cada una de las horas del día que su hijo está en casa, quizá porque sienten que es su deber ocupar al máximo el tiempo de sus hijos, y para muchos es terrible escuchar: ‘Mamá, papá, estoy aburrido’”.

2. “Pienso que debemos partir por quitar la connotación negativa del término. El aburrimiento puede, tal vez, resultar incómodo, pero no es necesariamente negativo. De hecho, es una sensación que tiene mucho de positivo, y que todos, tanto niños, como adultos, podemos y debemos experimentar. Aburrirse es inherente al ser humano, y es algo a lo que los niños necesitan enfrentarse y aprender a gestionar y/o resolver por ellos mismos”.

3. “Dejar que tus hijos se aburran conlleva ventajas tan claras como: abonar terreno para impulsar su creatividad, ya que, por ejemplo, le permite al menor mirar una situación desde otra perspectiva, en donde puede poner a volar su imaginación, inventando juegos o recreando situaciones en su mente. En estos momentos pueden dar vida a un juguete con cualquier elemento del entorno, el palo de escoba puede ser el teletransportador al espacio, o una escalera gigante, etc. Descubrir que existe un mundo en su mente, más allá de la pantalla de un celular, el iPad, o cualquier dispositivo, es importante. Si siempre hay un adulto brindándole opciones, solucionándole todo, sin que tenga que hacer el menor esfuerzo por sí mismo, le están limitando su autonomía, su capacidad para crear y dar solución a un -problema–”.

4. “Si a lo anterior sumamos que parte del tiempo libre se ocupa en actividades regladas extraescolares, su tiempo para crear es aún más limitado. No es lo mismo decir que ‘ahora tengo ganas de tocar piano’ que recordar ‘me toca tocar piano porque es sábado en la mañana”; es decir, parte del problema es que hoy por hoy, los niños están cargados de actividades escolares y extraescolares, están repletos de todo tipo de estímulos, y no tienen, literalmente, tiempo de aburrirse, pero los niños necesitan hacerlo, deben tener tiempo para ellos, para desconectarse de todo ese bombardeo del mundo exterior, adentrarse en sus pensamientos, encontrar por sí mismos las maneras de ocupar ese tiempo libre, promoviendo su creatividad y autonomía”.

5. El aburrimiento también es sano desde la perspectiva de la gestión de emociones, ya que por un lado favorece la tolerancia a la frustración (todas las emociones son necesarias), y por otra, permite que el niño las explore con mayor profundidad. Ese estar aburrido puede ser en realidad un estoy triste enmascarado y debe analizarse. Cuando este ¨aburrimiento¨ es frecuente, sí constituye una señal de alerta.

Fuente: El Universal │ Photo by Bess Hamiti from Pexels